17 de marzo de 1939
Con la guerra civil española a punto de concluir, los plenipotenciarios de los regímenes totalitarios de España y Portugal, Nicolás Franco Bahamonde, embajador extraordinario español en Lisboa, y Antonio de Oliveira Salazar, presidente del Consejo de Ministros y ministro de Asuntos Exteriores portugués, firman un tratado de amistad y no agresión (que se denominará Pacto Ibérico o Pacto Peninsular en 1942) que implicará la neutralidad futura de ambos países en conflictos europeos y mundiales.