10 de marzo de 1793
Revolución francesa. A instancias de Georges-Jacques Danton, la Convención crea un Tribunal criminal extraordinario, que recibirá la denominación de revolucionario, para juzgar sin apelación a los autores de toda empresa contrarrevolucionaria; las funciones de acusador público las desempeñará Antoine Quentin Fouquier-Tinville.