Fracasa en Alemania un intento de golpe de Estado organizado por el general Erich Ludendorff y Adolf Hitler, líder del Partido Nacional Socialista de Obreros Alemanes, tras un intercambio de disparos en el centro de Munich entre la policía y los militantes nazis, que pretendían apoderarse de la ciudad. El putsch se había iniciado el día antes en un mitin nacionalista que se celebraba en la mayor cervecería de la capital bávara, la Bürgerbráukeller, donde Hitler había anunciado la teórica destitución de los Gobiernos de Baviera y de la república de Weimar.