21 de febrero de 1934
El líder de la guerrilla nicaragüense contra el intervencionismo norteamericano en la nación, César Augusto Sandino, es asesinado por una patrulla de la Guardia Nacional junto a dos miembros de su séquito, los generales Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor, en unos terrenos baldíos en las afueras de Managua, después de haber asistido a una reunión con el presidente de la República, Juan Bautista Sacasa, en el palacio de éste, para negociar los términos de la estabilización del país. El responsable del crimen es el general Anastasio Somoza García, jefe de la Guardia Nacional y futuro presidente y dictador de Nicaragua.