El general Stylianos Pattakos y los coroneles Georgios Papadopoulos y Nikolaos Makarezos (estos últimos procedentes del KYP, servicio secreto griego, que opera con la OTAN y la CIA), encabezan un golpe de Estado militar en Atenas y se adueñan del poder, obligando al rey Constantino II a que avale los hechos consumados y reciba oficialmente el juramento de Konstantinos Kollias, ex procurador general, como jefe provisional del nuevo Gobierno; tras la cesión del monarca, la Constitución será suspendida y se arrestará a los principales dirigentes políticos. El golpe, que ha seguido las pautas establecidas por la OTAN (plan Prometeo) para prevenir y reprimir posibles movimientos revolucionarios izquierdistas, es justificado por sus autores por la necesidad de evitar el avance del comunismo en Grecia, aunque en realidad su objetivo ha sido impedir la celebración de las elecciones previstas para el 28 de mayo, en las que se auguraba el triunfo de la Unión de Centro, liderada por Georgios Papandreu, que podía emprender una depuración de elementos de extrema derecha en el seno de las Fuerzas Armadas. Se inicia de esta manera en el país un régimen dictatorial, llamado "de los coroneles", que finalizará en 1974.