20 de abril de 1963
Julián Grimau, que dirigía el Partido Comunista de España en la clandestinidad desde 1959, es fusilado en Madrid tras un proceso repleto de irregularidades en el que un tribunal militar le sentencia a muerte por sus supuestas actividades durante la guerra civil, actividades sobre las que no se presentan pruebas. Torturado antes del juicio y objeto de una intensa campaña internacional a favor de su indulto, Grimau es la última persona ejecutada por la dictadura franquista como consecuencia de la guerra.