A orillas del río Abancay, en Perú, las fuerzas adictas a Diego de Almagro vencen a las de Francisco Pizarro, dirigidas éstas por Alonso de Alvarado, en el transcurso del conflicto que enfrenta entre sí a los conquistadores españoles.

Las fuerzas leales a Diego de Almagro "el Mozo" son vencidas en la batalla de Chupas por el ejército que dirige Cristóbal Vaca de Castro, gobernador de Perú, acarreando ello la posterior captura y ejecución de Almagro en Cuzco y el fin de las luchas intestinas entre los colonizadores españoles de la zona.

Al mando de Gonzalo Pizarro, las tropas de los colonos españoles favorables a la explotación de mano de obra indígena americana derrotan en la batalla de Añaquito a las fuerzas partidarias del primer virrey del Perú, Blasco Núñez de Vela, enviado por Carlos V a imponer en el territorio una legislación que mejora la situación de los nativos; el virrey perece durante el combate.

En la ciudad alemana de Mühlberg, a orillas del Elba, las fuerzas católicas que encabezan el emperador Carlos V y Fernando Álvarez de Toledo, 3r duque de Alba, derrotan a las tropas protestantes a cuyo frente se halla el príncipe elector Juan Federico, duque de Sajonia, que es hecho prisionero. El desenlace de la batalla significará la disolución de la Liga de Smakalda, que agrupa a los príncipes alemanes afectos a la religión luterana, y frenará momentáneamente la expansión del protestantismo en Alemania.

Las tropas españolas comandadas por Francisco de Villagra, capitán general del Reino de Chile, en misión de castigo contra las fuerzas araucanas para vengar la muerte del gobernador del territorio, Pedro de Valdivia, en la batalla de Tucapel (25 de diciembre de 1553), son derrotadas en Marigüeñu por los guerreros araucanos, a las órdenes de los caciques y toquis (jefes guerreros) Lautaro y Caupolicán; el desenlace del combate obliga a los colonizadores españoles a despoblar la ciudad de Concepción.

Las fuerzas españolas, al mando del duque Manuel Filiberto de Saboya, vencen en la batalla de San Quintín al Ejército francés, dirigido por el duque y condestable Anne de Montmorency.

Las tropas españolas, al mando de García Hurtado de Mendoza, gobernador de Chile, rechazan en Lagunillas, entre la laguna de San Pedro y el río Biobio, el ataque de las fuerzas indígenas araucanas que acaudillan los caciques y toquis (jefes guerreros) Caupolicán y Galvarino. A este último, hecho prisionero, se le cortan ambas manos como medida de escarmiento.

Un contingente de 10.000 guerreros araucanos, al mando de los caciques y toquis (jefes guerreros) Caupolicán y Galvarino, es vencido en la batalla de Millarapue por las tropas españolas que dirige García Hurtado de Mendoza, gobernador de Chile.

Las tropas españolas, comandadas por el conde Lamoral Egmont, príncipe de Gavre, y con ayuda de la escuadra inglesa, vencen en la batalla de Gravelines al Ejército francés, dirigido por el mariscal Paul de la Barthe de Thermes.

Durante las guerras de religión en Francia, las fuerzas católicas, bajo la dirección del duque y condestable Anne de Montmorency, vencen en la batalla de Saint Denis a las tropas hugonotes, encabezadas por el príncipe Luis I de Condé y el almirante Gaspard de Coligny. Montmorency muere en el transcurso del combate.

Las galeras españolas, pontificias y venecianas de la Liga Santa, al mando del generalísimo Juan de Austria, vencen en la batalla de Lepanto, Grecia, a la flota turca que dirige el almirante Alí Bajá.

A las órdenes de Antony de Goignies, las fuerzas de los Estados Generales de los Países Bajos, en rebeldía contra el dominio de Felipe II, son derrotadas cerca de Namur en la batalla de Gembloux por las tropas españolas que dirige Juan de Austria, gobernador del territorio; el desenlace del combate permite a éste ocupar Bruselas.

En el transcurso de una expedición militar portuguesa a Marruecos, se libra la batalla de los Tres Reyes o de Alcazarquivir (Ksar-el-Kebir), en la que las tropas marroquíes del rey Abd el-Malik derrotan a las del pretendiente al trono y anterior soberano del país, Muhammad al-Mutawakkil, y a las del rey Sebastián I de Portugal. Los tres monarcas perecen o desaparecen (caso de Sebastián I) durante la misma.

En el transcurso de las guerras de religión que dividen Francia, las tropas protestantes que comanda Enrique III de Navarra, de fe hugonote y designado sucesor al trono del país por el asesinado Enrique III de Francia, derrotan en la batalla de Ivry, en Normandía, a las fuerzas de la Liga Católica que dirige el general Carlos de Lorena, duque de Mayenne, lo que les permitirá llegar hasta las puertas de París e iniciar su asedio.

Guerra de los treinta años. El Ejército imperial, bajo la dirección del conde y general Jean Tserclaes de Tilly, derrota en la batalla de la Montaña Blanca a las tropas bohemias, encabezadas por el príncipe Christian I de Anhalt-Bernberg, lo que supone para Bohemia someterse a los Habsburgo y abandonar la fe protestante. Con este combate finaliza el primer periodo de la guerra, llamado bohemio-palatino.

Países Bajos. Las fuerzas holandesas que dirige el gobernador Justino de Nassau y que han defendido la ciudad fortaleza de Breda, asediada desde hace nueve meses, capitulan ante las tropas españolas que comanda el general Ambrosio Spinola.

Las tropas españolas, al mando de Francisco Laso de la Vega Alvarado, gobernador de Chile, derrotan en la batalla de Albarrada a las fuerzas indígenas araucanas que acaudillan los toquis (jefes guerreros) Lientur, Butapichón y Quemupuante, extendiendo así el dominio español en la zona.

Guerra de los treinta años. Las tropas imperiales, al mando del duque y general Albrecht Eusebius Wenzel von Wallenstein, son derrotadas en la 1ª batalla de Lutzen por el Ejército sueco, a las órdenes de Gustavo II Adolfo, que muere durante el combate.

Guerra de los treinta años. Al mando del cardenal-infante Fernando de Austria y de Fernando III de Hungría y Bohemia, el ejército católico hispanoimperial derrota en la batalla de Nördlingen a las tropas suecas y a las protestantes alemanas, dirigidas respectivamente por el mariscal Gustav Karlsson Horn y el duque Bernardo de Sajonia-Weimar. Con este combate, se cierra el llamado periodo sueco del conflicto.

Se produce en Barcelona el "Corpus de Sang", una revuelta campesina y de las clases populares urbanas frente a las autoridades reales españolas que se extenderá por toda Catalunya y que provocará una guerra ("Guerra dels segadors"), que durará doce años, contra el proceso de centralización regional y fiscal planeado por Gaspar de Guzmán y Pimentel, conde-duque de Olivares, valido de Felipe IV.

Portugal. Una junta de nobles, reunida en Lisboa, dispone el levantamiento del país contra España, a la que estaba unido bajo un mismo rey, para el 1 de diciembre.

Debido a la inclusión de portugueses en conflictos vinculados a los intereses de España, conflictos que no consideran como propios y que ocasionan pérdidas comerciales, altos impuestos y bajas en los ejércitos desplazados, estalla en Lisboa una revuelta contra la dominación española en Portugal dirigida por Joao Pinto Ribeiro, agente del duque Juan de Braganza; los rebeldes entran en el Palacio Real, confinan en sus aposentos a la virreina, Margarita de Saboya, duquesa viuda de Mantua, y hallan escondido en un armario al Secretario de Estado, Miguel de Vasconcelos Brito, que es acribillado a balazos y defenestrado.

Guerra dels segadors. Las tropas franco-catalanas encargadas de la defensa de Barcelona, bajo la supervisión de Bernard Duplessis Besançon, enviado del Gobierno francés, derrotan en la batalla de Montjuïc al Ejército español, a las órdenes del general Pedro Fajardo de Zúñiga y Requesens, marqués de Los Vélez.

Guerra de los Treinta años. Los tercios españoles, al mando del general Francisco de Melo, gobernador interino de los Países Bajos, son derrotados en la batalla de Rocroi, en la región de Champaña, por el Ejército francés que dirige Luis II de Borbón, duque de Enghien y futuro príncipe de Condé. El resultado del combate significa el fin de la fama de invencibilidad ostentada por los tercios desde comienzos del siglo XVI.

Guerra civil inglesa. Las tropas del Parlamento, dirigidas por los generales Oliver Cromwell y Thomas Fairfax, derrotan en la batalla de Naseby a las capitaneadas por el rey Carlos I.